06 julio 2012

Iba a responder a una entrada del blog de Consultec, pero viendo que la respuesta se alargaba, he decidido publicarla en mi blog - después de un rato largo de silencio -.

A propósito de la gestión de la edad en nuestras organizaciones, ¿no creéis que en estos tiempos de la tan nombrada crisis las empresas están buscando personas que aporten valor y experiencia en vez de personas a las que se les pague poco dinero y no aporten mucho? (ejemplo de comparación: ver este estudio).

Creo que no sólo se debe actualizar [constantemente] los conocimientos y habilidades de las personas que trabajan con nosotros, sino asegurarnos de estar rodeados de personas que aporten valor y que vean la empresa como suya. Es a esas personas en las que hay que enfocar la formación, de hecho, ellas mismas lo van a pedir. De acuerdo en que hay que formar a todos, pero el foco debe ser ese grupo de personas que empujan la empresa, porque ellas formarán al resto.

También creo que la promoción sólo debe usarse si en ese nuevo puesto la persona va a aportar más valor que en el que está. Hay personas muy buenas en un puesto de producción que a pesar de controlar su trabajo de forma excelente no serán buenas en un puesto que gestione esas tareas. Otras, en cambio, son mejores gestionando que produciendo, porque conocen más el negocio y son más eficientes organizando que produciendo.

Detectar en qué son buenas las personas - esa es la clave para formar y promocionar.

He visto personas de todas las edades, acabadas de salir de la universidad o con muchos años de experiencia en sus espaldas, que no sienten como suyo el trabajo que están haciendo, que sólo trabajan por el salario, que no aportan más de lo que se les pide - y muchas veces aportan menos que eso - y también he visto personas que aportan, proponen, empujan y motivan. Esas son las personas que necesitamos.

Muchas empresas se han dado cuenta de que formar y promocionar no aporta valor cuando la persona a la que va dirigido ese plan de crecimiento profesional no tiene interés en crecer; otras empresas siguen dedicando recursos a ello años y años, confiando en que esas personas aprovecharán lo que se les dedica, pero consiguen muy poco después de mucha inversión.

Una empresa está abocada al fracaso tanto en productividad como en la creación de nuevas líneas de negocio si no sabe detectar qué personas le aportan valor y quieren - y pueden - crecer, y cuáles son un lastre para ellas.

Vamos a poner esto en positivo: una empresa podrá crecer y crear nuevas líneas de negocio si sabe detectar qué personas quieren aportar valor y quieren crecer, porque el pilar principal de las empresas son las personas; la empresa ES las personas que la forman; el espíritu de la empresa ES el espíritu de sus personas.



¿Qué pasa con el resto de las personas? - esta es la parte más polémica y sobre la que siempre termino discutiendo: cada persona encontrará su hueco en el mercado laboral de acuerdo a sus capacidades. Una empresa no tiene por qué mantener a personas en un puesto en el que no aporten valor - ni por la antigüedad ni por enchufe - porque su producción no trae beneficios, sino pérdidas.

Nuestro trabajo - crear programas informáticos - tiene casi siempre un objetivo: reducir la cantidad de personas que una empresa necesita para realizar determinados procesos. ¿Qué pasa con las personas que ya no aportan valor en un proceso? ¿Debe la empresa seguir formándolas?

Ejemplo: una empresa tiene en alta estima a una persona que aporta mucho valor en su puesto de trabajo. La implantación de una solución de automatización consigue realizar el 75% del trabajo de esa persona y esa persona no quiere que le cambien sus tareas, y las nuevas tareas que se le asignan, después de muchas jornadas de formación, las hace con desgana y desmotivada. ¿Se le promociona porque conoce el negocio? ¿Se crea un puesto ex-profeso para ella? - CCC

Antes yo pensaba que no era justo que mucha gente perdiera el trabajo por la implantación de nuestras soluciones; ahora veo que es una oportunidad de crecer para la empresa y para las personas, siempre que ambas partes sepan aprovechar bien los recursos.

Otro ejemplo: una empresa tiene en alta estima a una persona que aporta mucho valor en su puesto de trabajo. La implantación de una solución de automatización consigue realizar el 75% del trabajo de esa persona, pero por su conocimiento del negocio y su motivación para realizar nuevas tareas se le propone que participe en la creación de una nueva línea de negocio. Esa persona aporta ideas, se le forma para el nuevo trabajo, se pone en marcha la nueva línea de negocio y al cabo de unos años se le promociona.

Son tiempos difíciles, pero creo que esta experiencia nos servirá para que las personas se encuentren, para que las personas encuentren en qué son buenas y se dediquen a ello, y para que las empresas aprovechen la formación y la promoción para sacar lo mejor de las personas y a la vez sepan cuidar a aquellas personas que den lo mejor de sí para la empresa.

¿Estáis de acuerdo?

5 comentarios

El compromiso y la importancia de las personas en una organización siempre ha sido la clave. La gran diferencia tal vez, es que algunas organizaciones no han sabido detectar y/o aprovechas esas facetas de las personas que quieren empujar.

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Muy buena entrada Frank. Estoy de acuerdo en la visión general de la entrada. Creo que esta actitud, debe de ser una elección personal, y una obligación profesional.

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Tienes razón.

Muchas veces vemos a personas promocionar sin sentido o a personas permanecer años en puestos de trabajo a sabiendas de que hay gente que puede hacerlo mejor - sea programando, organizando o en cualquier situación -, y que se cuestionan (1) si la formación vale para algo (2) si las nuevas formas de hacerlo son en realidad tan buenas (3) si las reuniones de "frikis" a las que vamos sirven para algo jajajaja... en fin...

Y a todo esto la gente que de verdad vale sigue y seguirá empujando, porque es lo que les gusta. Esa es la parte buena. La parte mala es que a esas personas, que sí que están comprometidas y que valen, no se les detecte o no se les reconozca su esfuerzo, como bien dices.

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A propósito de este tema os dejo un artículo de la Hardvard Business Review: Think twice before promoting your best salesperson.

http://blogs.hbr.org/cs/2012/07/think_twice_before_promoting_your_best.html?utm_source=feedburner&utm_medium=feed&utm_campaign=Feed%3A+harvardbusiness+%28HBR.org%29

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